Música ambient inesperada: playlists nostálgicas y juegos de Nintendo

Música ambient inesperada:
playlists nostálgicas y juegos de Nintendo

Hay un chiste musical muy gracioso en unas de las últimas temporadas de Bojack Horseman: un personaje dice, hablando de un rapero, ‘‘Es mi segundo artista favorito, después de lofi hip hop radio – beats to relax/study to’’.

‘‘Amo lofi hip hop radio – beats to relax/study to’’, responde Mr. Peanutbutter, en un chiste que funciona tanto por la referencia cultural específica y por mencionar casualmente el nombre larguísimo de un canal de YouTube como si fuera lo mismo que decir ‘‘Drake’’ o ‘‘Taylor Swift’’.

Ese chiste (no recuerdo el capítulo, pero el clip lo pueden ver acá) fue hace un par de años pero no perdió vigencia. Cuando llegó la cuarentena, las listas de hip hop lo-fi cobraron relevancia nuevamente: de repente todos estábamos en casa en un mood melancólico o simplemente estudiando o haciendo home-office, y venía bien acompañar esos momentos con un hip hop amable y tranquilo.

El lo-fi contemporáneo forma parte de un abanico de microgéneros y tendencias de larga data en internet. No debe confundirselo con la rama del indie asociada a la baja fidelidad (a lo Daniel Johnston) sino más bien a sonidos suaves y poco intrusivos. 

Es un subgénero caracterizado por su amabilidad para la escucha y su carácter de música ambiental, lo que lo relaciona al vaporwave, que a su vez reconoce una tradición musical en el muzak, la ‘música de ascensor’ de la cultura mainstream americana. Pero si el vaporwave pretende ser una forma de crítica a los modos de consumo capitalistas, el lo-fi reemplaza la crítica por una búsqueda de atmósfera y emoción sencillas. Es música estrictamente funcional, que permite hacer otras cosas no relacionadas directamente a la escucha.

Muchas veces estos microgéneros  son un ejercicio irónico o un meme más que una búsqueda musical en sí misma, como puede ser el caso del Simpsonwave o el slowed and reverb, que no hace más que remixar canciones simplemente agregándoles cámara y bajándoles la velocidad. 

Sin embargo, esta relación con internet y las condiciones de producción de la música (rápida, viral, indistinguible fuera de una playlist o un subgénero) hace que varios de estos tracks se vuelvan inmediatamente reconocibles al formar parte de un imaginario visual definido, como la estética retro CD-Rom del vaporwave, tan afín a Tumblr durante principios de los 2010, o los gifs aesthetic que acompañan los mixtapes de música chill.

Navegando este panorama, me encontré con algo que me llamó particularmente la atención. Pero primero, un breve aparte histórico: en 1994, David Wise compuso un track para Donkey Kong Country, una de las franquicias icónicas de Super Nintendo. Ese track, “Aquatic Ambiance”, es hoy considerado una pieza trascendental en la historia de la música de los videojuegos. 

Basta escucharlo: los colchones de sintetizadores atmosféricos se desplazan sutilmente en una armonía específicamente creada para llevar al jugador a un lugar entre la emotividad y la contemplación pero también con un toque algo inquietante o amenazador, ideal para espacios subterráneos. El sonido de los chips noventosos FM de la Super Nintendo le añaden hoy al tema un matiz nostálgico que resalta aún más los arpegios y percusiones que completan el arreglo. Es simplemente un tema mágico. 

Cada tanto vuelvo a escucharlo, sintiendo que ningún otro track de videojuegos logra transportarme de forma tan puntual a un estado mental tan específico, entre la nostalgia y la claridad mental que sólo podría lograr escuchando algún highlight de la discografía ambient de Brian Eno. 

Eventualmente, el algoritmo de YouTube hizo su magia, mezclando el famoso “Aquatic Ambiance” de David Wise con los mixtapes aesthetic y lo-fi que venía escuchando  y me entregó varias playlists absurdamente específicas para recorrer. 

Adiós ‘lofi hip-hop music to relax/study to’, hola ‘Nintendo music to play when you’re alone on the floor’. Era inevitable: alguien eventualmente iba a cruzar la curaduría de playlists que apuntan a emociones específicas o la funcionalidad (y no al reconocimiento de artistas individuales), con la nostalgia y el estado anímico melancólico de la cuarentena, con la música de videojuegos 16-bits de los ‘90. 

Para quienes disfrutamos del ambient, del easy listening de los mixtapes lo-fi y los videojuegos retro, estas listas son un hallazgo notable. El carácter ecléctico de los soundtracks de videojuegos se remonta al lanzamiento del primer Super Mario Bros. para la NES en los tempranos ‘80, con ese calypso sincopado compuesto por Koji Kondo. 

En cambio, los soundtracks de videojuegos modernos, hoy ya realizados con sonidos orquestales, bandas completas o sintetizadores que podríamos encontrar en una película de Hollywood, muchas veces se enfocan en géneros más enérgicos o intensos, como el funk, el techno o la música incidental intensa y percusiva. Sin embargo, playlists como ‘sunflowers and illusions’ enfocan la curaduría en esos momentos de paz y tranquilidad de los juegos, ese de los lugares de tránsito y pasaje, tales como los pueblitos, los comercios o incluso de los menús e interfaces propios de los juegos. Así, junto a tracks de juegos clásicos como Metroid Prime o Earthbound,  estas playlists muchas veces tienen temas como »Wi-Fi Menú’’ o  ‘’Internet Settings’’.

Es decir, no solo aparecen tracks icónicos con personajes y juegos reconocibles sino temas realizados específicamente para no ser reconocidos, para pasar desapercibidos o para simplemente generar una sensación de calma al hacer alguna otra actividad, como navegar por un menú eligiendo algo para jugar. Esto hace que sean tracks excelentes para playlists de easy listening, el equivalente a la música de ascensor de antaño pero con un filtro irónico y atravesado por la cultura de internet contemporánea. 

Afortunadamente, hay mucho material para destacar y por supuesto, como todo lo que ocurre en internet, hay entrecruzamientos e hibridaciones. Hay playlists de música ambient con muchos deep cuts, versiones lo-fi hi hop de soundtracks clásicos, covers de Pokémon en clave surf rock, y hasta raperos modernos sampleando sonidos gamers. Basta recordar la introducción del disco Channel Orange de Frank Ocean o el track “Eat Your Vegetables” de Childish Gambino, que arma un beat a partir de “Aquatic Ambiance” y logra unir conceptualmente la tradición ecléctica de los sampleos de J. Dilla con los millenials que compran juegos de Nintendo 64 porque no se llevan bien con los emuladores. Internet es muchas veces un mar hermoso lleno de joyitas ocultas y basta presionar Start para comenzar a navegarlo.