Ilustración de Charli XCX en color verde brat en medio de una reunión de personas

Mucho más que un disco de remixes de
(mucho más que)
la popstar del año

Por Lola Sasturain

ILUSTRACIÓN DE Vicky Monté

Hablar de brat y de Charli XCX de cara al 2025 resulta tan obvio que es casi irritante. Parece que no queda nada por decir. Pero precisamente de esa misma premisa partió Brat and is completely different but is still brat, el álbum de remixes que lo siguió: todavía quedan cosas por decir, y principalmente, cosas por decir sobre las cosas que se dijeron sobre brat.

Brat and is completely different… es un concepto nuevo para un álbum de remixes, así como un símbolo de toda la carrera de Charli y del lugar que ocupa esta popstar inglesa en la cultura. Porque como siempre con Charli, la música (excelente y paradigmática) es una excusa para hablar de algo aún mayor. Es por eso que todavía da tela para cortar. Incluso después de que Spotify Wrapped se tiñó de verde, después de las listas de fin de año y después de tener un 2024 saturado por BRAT. 

Para entender un poco el valor del álbum de remixes, el brat después de brat, hace falta recapitular no solamente en la música sino también (y principalmente) en el lore de Charli. 

Las versiones de Brat and it’s completely different…  no tienen nada que ver con el concepto tradicional de remix; son feats en donde les invitades (a veces productores pero casi siempre vocalistas) completan y amplían el sentido; son casi covers de sí mismas que se miran al espejo, y no significan sólo una vuelta de tuerca conceptual y lírica a las originales sino que también integran la recepción del público. ¿Pensaban que esta canción era para Lorde?, Ok, let’s work it out on the remix: hagamos lo contrario a un diss track y explicitemos juntas qué inseguridades tenía cada una con respecto a la otra. ¿El éxito de brat fue tan grande que la posibilidad de frenar para formar una familia como se planteó en “I think about it all the time” de repente está aún mucho más lejos que antes? Hablemos de eso en la reversión junto a Justin Vernon.

Y abriendo un poco el zoom: ¿El concepto de brat ya parece estar agotándose, el verde ya nos cansó a todes, lo de Kamala fue un paso en falso y Pitchfork decretó “Brat Summer is over”? Ok, resignifiquémoslo en el álbum de remixes.

Esto no fue un gesto caprichoso ni desconectado ni que necesariamente pertenece a la reciente era de la (pretendida) autenticidad, donde lo que más se valora de un artista/creador/comunicador es que sea fiel a sí mismo y se muestre “como es”. En este aspecto, Charli siempre fue así, mucho antes de TikTok e incluso antes del boom de Instagram. Uno de sus grandes aportes a la cultura como artista es el hacerlo explícito; mostrar que la autenticidad no es más que múltiples máscaras; mostrar que la autenticidad también es duda y dolor; mostrar que la autenticidad no nace del aire sino que es performance. Que toda identidad pública es narración, y que la narración que hacemos de nosotros mismos es por contigüidad o por contraposición nosotros mismos.

Brat and is completely different… es la culminación de la que ya de por sí parecía la era cúlmine de Charli. Más brat que brat mismo. El gesto más XCX de todos. Y la demostración de que nadie puede hablar mejor sobre brat que la mismísima Charli, y que va a hacerlo con canciones.

Un poco de contexto

Una gran diferencia de Charli con las popstars de su generación es que siempre mostró su falibilidad y fue explícita sobre sus inseguridades, producto tanto de las presiones de la industria como frente a su propia autoexigencia. Con la elocuencia que la caracteriza, ha renegado (a través de entrevistas, apariciones y también en redes sociales) de sus propias obras, criticado otras, ha hecho explícito el burnout y la ansiedad por tener que (necesitar) complacer y, a su vez, tener la pulsión de innovar y mantenerse fiel a su visión. Su carrera es ensayo y error, y ella siempre fue transparente sobre eso. 

Así ha rechazado su álbum Sucker de 2014 (el cual la puso en el panorama masivo), se ha pronunciado sobre la amargura que le significó escribir hits globales para otros (“I Love it”, “Fancy”) pero no tener el propio; y, más cerca en el tiempo, ha hablado sobre la tensión entre expectativas y realidad con su anteúltimo álbum, Crash, cuyo concepto mismo era el de sellout álbum, es decir, un álbum concienzudamente comercial, era en la que jugó a ser la popstar mainstream con la que siempre coqueteó pero que nunca encarnó del todo. Crash logró su cometido, ser su álbum más exitoso hasta ese momento y ampliar su popularidad significativamente a nuevas audiencias. Sin embargo, Charli no quedó satisfecha artísticamente, y hoy también se pronuncia alejada de ese álbum y no recupera ninguna de sus canciones para los shows en vivo.

En el medio, Charli cambió el mundo tanto del pop como de la música experimental (¡y justo después de Sucker! Todavía no se entiende cómo se atrevió a tanto) con Vroom Vroom, el EP que puso a SOPHIE y al colectivo PC Music en el mapa. Luego vinieron 2 mixtapes editados de forma independiente porque Atlantic, su sello, no confiaba en su visión, pero ella sí. Y otra vez, al rebelarse, demostró que tenía razón: sacó sus mejores materiales hasta la fecha y movió la aguja hacia lo que las estrellas pop mainstream estarían haciendo 3 años después.

A principios del 2024, Charli fue la artista que puso en boca de todos la palabra “artistry” (difícil de traducir con precisión: ¿artística? ¿artisticidad?). “La música no es tan importante. La artistry lo es. Un músico crea canciones pero un artista crea un mundo. Un artista es más que sus canciones, es la cultura y el espacio que habita en ella”, fue la famosa cita. Después ella dijo, en una entrevista para la BBC, que su artistry en tanto universo que crea consiste, precisamente, en el hecho de ser artista: ese es el hilo temático que hilvana todas sus narrativas. El universo Charli XCX es en sí mismo un universo meta, donde la constante es exponer dentro de su arte y de su lore el hecho de ser una artista, el lugar que ocupa y lo que conlleva crear y sostener una carrera en el arte. Así es como bajo su paraguas caben estéticas y sonidos que pueden parecer, a simple vista, inconexos o contradictorios. Pues ser explícita en su relación pendular entre el mainstream y lo experimental es el tronco de su artistry.

Con brat pareció, finalmente, haber llegado. Ahora tiene el prestigio y la fama, es igualmente aclamada por la crítica y por las masas, y fue la it girl indiscutible del 2024 …¿Se podría decir que finalmente tiene lo que quería? ¿Alguna vez lo tendrá, o es esta imposibilidad el motor creativo de toda su obra?

Deep divin’ brat

brat fue uno de los grandes fenómenos culturales del 2024 y eso fue, en enorme parte, porque el álbum tuvo una de las campañas de marketing más rompedoras y efectivas de la historia del marketing musical. Se desdobló por la vía publica (the brat wall en Nueva York), tuvo su coreografía de TikTok (“Apple”), la memesfera (el brat generator, y el posterior uso de ese formato para literalmente cualquier cosa) y en su simpleza se apropió tanto de un color como de una tipografía. 

También innovó en su presentación: en vez de una gira tradicional de conciertos en vivo (que igualmente después llegó), Charli y su equipo de productores (su novio George Daniel, AG Cook y a veces The Dare) montaron una serie de DJ sets. Siempre anunciados con poca o nada de anticipación y en venues super íntimas, estas intervenciones dispararon el fomo a la estratósfera, consolidaron el sentido de comunidad y pertenencia entre los Angels (así se hace llamar su fandom) y sirvieron no sólo para presentar temas del álbum (y otros que luego serían parte del álbum de remixes) sino también para consolidar una vibe que fue clave en todo el fenómeno brat; una vibe fiestera pero autoconsciente, nostálgica de los 00s pero futurista y tal vez la clave de toda la estética brat exclusiva pero totalmente accesible a la vez. Un DJ set y una fiesta es mucho más accesible que un show, se puede improvisar, es algo barato y muy efectivo; un fondo verde lima y una tipografía desenfocada es algo que cualquier persona puede replicar; divertirse y tomarse una raya mientras una se hace preguntas existenciales es algo que le pasa a cualquiera. Y ya lo dijo Charli, “el look brat es un top musculosa sin corpiño y un cigarrillo”.

Pero ahora, puntualicemos en la música: el atractivo de brat como álbum para el gran público, campaña de marketing aparte, fue su cualidad confesional, que resonó especialmente entre aquelles fans que siguieron su carrera de cerca desde el principio, y que hoy como ella rondan los 30 años. La desnudez emocional de describir las contradicciones y las ansiedades propias de la edad y también de la fama: la competencia entre artistas, la paranoia de la sobreexposición, la coexistencia entre el deseo de ser madre y el de vivir de fiesta y la paradoja de tener el éxito y el dinero pero no el tiempo para disfrutarlo. Y en lo musical, el talento melódico y de producción de Charli y su equipo hacen coordinar lo vulnerable con lo artificial, la balada con el sonido más sintético posible, la estrofa agresiva con el estribillo luminoso, el flow hablado muy british, casi grime, con producción pop alienígena.

Por qué el álbum de remixes es más que brat

brat and is completely different… es un disco meta en todas las dimensiones de análisis posibles. Es un álbum sobre brat, que ya de por sí es un disco sobre su propia existencia: sobre cómo es pensar un disco exitoso, pero que represente a tus raíces después de tu álbum más vendido pero sellout como fue Crash; sobre cómo es ser una artista femenina reconocida sin ser una superestrella; sobre aquello que dicen de vos y cómo reaccionas ante lo que dicen de vos; sobre cómo es estar cansada y querer sentar cabeza pero ser absolutamente workaholic.

El álbum de remixes profundiza y vuelve concreto el espíritu DIY del universo brat: las canciones son un ente abierto, que no sólo se pueden mezclar en el contexto de una mesa de DJ, también se pueden modificar, intervenir, pueden ser apropiadas por otras voces y decir cosas diferentes sin dejar de ser ellas mismas. Están ahí para eso.

También es un álbum que parece revisar en el baúl de los recuerdos, tanto temáticos como sonoros, de la carrera de Charli y del universo estético que comparte con todas las chicas de su generación. Por ejemplo, «So I featuring a.g cook” (de las pocas versiones del álbum donde Charli es la única voz), relata la historia desde otro ángulo, y si la primera versión se trata sobre el arrepentimiento de no haberse acercado más a Sophie por un excesivo respeto o autoconciencia, la segunda es una oda a los momentos felices de su relación. Este final feliz también se deja notar en lo sónico, con un tema que parece volver a las bases del más clásico sonido de PC Music y a su vez evoca un sonido trance tan melancólico como de estadios. «So I featuring a.g. cook» convirtió la balada triste e introspectiva de brat en la canción perfecta de fin de fiesta, para cerrar tanto una noche de rave legendaria en un megaclub europeo como una historia agridulce de amistad y admiración. 

En las casi antípodas estéticas, también está “Mean girls featuring julian casablancas”: de la canción que más podía esperarse un feat femenino con alguna estrella emergente, Charli se despachó invitando al amo y señor de lo que hoy, veinte años después, se ve revisitado nostálgicamente como indie sleaze. La reversión oscila entre lo que parece una canción de The Strokes de la era tardía (pero con piano y baterías electrónicas) cuando Casablancas agarra el micrófono, y una balada de piano cuando Charli se ocupa, solamente, del estribillo.

Brat and is completely different… es sin duda un álbum muy british. Charli incorpora a sus letras y también a su flow elementos de leyendas del storytelling dosmilero como Mike Skinner (The Streets) o Lily Allen: imágenes de la vida cotidiana que no riman necesariamente, dichas con un flow de trovadora grime pop, y un acento más presente que nunca. En “Club classics featuring bb trickz”, George Daniel (prometido de Charli y productor del tema original también) entrega una reversión en la que queda poquísimo del original (y suma «365», de regalo) y donde aparece el infeccioso beat del UK garage futurista. En “Everything is romantic featuring caroline polachek”, la reversión es también inesperada e incorpora mucha britanidad en su imaginería. La original, una de las favoritas absolutas de los fans, es una canción clubera y alegre (con un beat inspirado en el baile funk brasileño) que enumeraba imágenes aparentemente random de un viaje a Italia en donde, por el estado inducido por el enamoramiento, hasta lo más cotidiano era romantizado. Ahí la tesis de la canción. El giro que pega Caroline Polachek en el remix es muy audaz: también enumera imágenes pero Capri se convierte en Londres, y el romance en hastío y rutina; a su vez, fiel al estilo británico, no deja de haber romantización en estas imágenes “deprimentes” de un día lluvioso en Londres y una pintada de ACAB («all cops are bastards«) en la parada del colectivo.

Cada álbum de Charli se trata sobre el momento y el lugar que ocupa dicho álbum en su carrera. Y Brat and is completely different but is still brat es el álbum del momento en el que Charli ya no tiene nada más que demostrar. El álbum después de la consagración, el álbum del día siguiente al día de tu casamiento o de tu graduación. El álbum del «¿Y entonces ahora qué

Entonces, Charli se sacó las ganas de meter los beats más experimentales que pudo. Entonces, un feat en español. Entonces, la ama y señora de los gays jugó con la ambiguedad lésbica por primera vez para meter un megahit (“Guess”) junto con una megaestrella lesbiana (Billie Eilish). Brat and is completely different… es el álbum más ecléctico, experimental y más conceptualmente profundo de la carrera de Charli. Es un catálogo de todo lo que puede hacer, de sus obsesiones más caprichosas y de todas las personas que, por cercanía, por similitud o por herencia, construyen el caleidoscópico universo de Charli del pasado, del presente y del futuro. Con éste álbum demuestra que, con todos los ojos del mundo sobre sus espaldas, no hay opinión sobre Charli más importante que la de ella misma. 

13 de febrero de 2025

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