Foto intervenida del artista musical y YouTuberLichi

Fanes #02
Lichi

Por Juana Giaimo

ILUSTRACIÓN DE Juliana Zabala

No hay que hacer promesas , pero a veces una se olvida. Hace cuatro meses Mi Club de Fans anunció una nueva sección que se supone que iba a ser mensual…pero pasaron cosas. En este caso, fue por una buena razón. Desde que salió la entrevista con Delf de El Club Audiovisual, le dimos voz a otres redactores y sus notas. ¡Algún día llegará el momento en que Mi Club de Fans pueda publicar más seguido! Pero ustedes saben cómo es la cultura autogestiva: se hace en el tiempo libre del tiempo libre. 

En fin, FANES está de vuelta con Lichi. Si tuviera que describir a Lichi sería personalidad artística del under. Su carácter sensible, genuino y a la vez camaleónico hizo que hoy sea una persona querida en una comunidad que lo sigue en todos sus proyectos, ya sea en su faceta como artista o como YouTuber. El año pasado sacó su primer disco, ¡Cocoliche!, lleno de canciones que reflejan sus influencias psicodélicas y, capaz, ¿algo de Hanson también?

Dato importante: esta entrevista se hizo en noviembre del 2024.

Hola Lichi, ¿Cuál fue la primera banda o artista de la que te volviste fan?

Creo que si vuelvo a atrás en el tiempo todo lo que más pueda, serían los A*Teens, cuando yo tenía cinco o seis. Ahí descubrí lo que es que te guste mucho una banda. Para mí era una locura que yo supiera los nombres de cada uno, no tenía compañeritos de primer o segundo grado que hicieran lo mismo. Después vinieron otras bandas en la primaria, como Hanson, que es una banda que hoy si vienen a tocar voy a verlos.

¿Qué fue lo más loco que hiciste por tus artistas preferidos?

Tuve una época de ir a hoteles. Fui a ver Hanson y no hace mucho. Con Hanson siempre me pasa que tengo que explicar que es una banda que siguió existiendo después de su momento de gloria en los noventa cuando eran 3 niños. Fui al hotel, pero no llegué a verlos, los esperé horas y no pasó nada. También esperé un par de horas a Rise Against. Yo no era tan fan, pero sí mi amigo con el que iba a ver el show. Le dije: “Tengo la data del hotel”, y él estaba como: “No, yo no soy cholulo, no hace falta”. Terminamos yendo, charlando con otros fans y salieron los de la banda. Al final, mi amigo no lo podía creer, y le dije: “¡Ah, viste! Te gustó venir”. Ver al artista en un contexto no de recital, no de música, sino en un hotel, en remerita, que te pregunte cómo te llamás…está re bueno. Este año [es decir, el 2024] en marzo, vino King Gizzard que es mi banda favorita. Yo le compré una camiseta de Atlético Rafaela al batero [Michael Cavanagh] porque él usa camisetas de fútbol y la gente se las regala . En un momento, me llega un mensaje que me decía que llegaban a tal hora a Ezeiza, pero yo tenía un almuerzo muy importante con mis hermanos que no viven acá, así que le di la camiseta a otro para que se la lleve, pero no fui yo en persona.

¿Cuál es tu remera de banda preferida?

Cuanto más difícil de conseguir, más me gustan. Todo el mundo tiene de La Renga, a mí me gustan de bandas under. Tengo una de Mora y los Metegoles que uso un montón, soy muy fan. Hoy en día mi favorita es una del último disco de Isla Mujeres que es blanca con el diseño de tapa y es una locura. Tuve una remera que me costó muchísimo soltar que era de Bob Dylan. Si bien es un artista muy conocido, no ves tantas remeras de Bob Dylan. Mi remera era de cuando lo fui a ver en Vélez, año 2008. La compré a la salida del show, una trucha, que me habría salido 15 pesos, pero que para mí era “¡¡¡Cuánto costó la remera!!!”. Se fue achicando con el tiempo porque era muy trucha, muy de mala calidad, se fue haciendo cada vez más chiquita, hasta un nivel que no pensás que una remera se puede achicar tanto, ya era como para un bebé, ya no sabía cómo usarla. En un momento incluso dije: “Bueno, no la uso más y hago un cuadro con la remera”, y después dije: “¿Por qué tanta cosa con esta remera?”. Al final la solté, ahora no sé dónde está. [Pregunta de entrevistadora curiosa: “¿Y descubriste al final por qué tenías tanta conexión con esa remera?”]. Fue mi primer recital internacional y la primera vez que fui a un estadio. Yo tenía 15 años e ir a Buenos Aires a ver un show era novedoso.

¿Cuál es tu CD o vinilo preferido?

Tengo uno que puede ser mi preferido que es de Jethro Tull. Cuando yo tenía 13 o 14, empecé a escuchar mucho el rock clásico de los 60 y 70, que es la música que más me gusta. Estaba empezando a descubrir bandas, leía el nombre de una banda en algún lado y la buscaba como si fuese una investigación: estudiaba, leía, me aprendía la historia. Y eso me pasó en una época con Jethro Tull. Un día íbamos caminando con mi papá por el centro de Rafaela y se mete en una disquería. Yo lo sigo y me dice: “¿Cómo se llama eso que estás escuchando últimamente?” Era una disquería que había en Rafaela que se llamaba El Tren, que creo que si los coleccionistas del país se hubiesen enterado, habrían ido a conseguir cosas porque había discos de muchas épocas y guardados en cajones, nadie les daba bola. La mina buscó Jethro Tull, estaba Aqualung, que era el disco que yo quería, y lo compramos. Fue como una sorpresa que mi papá me comprara ese disco, él sabía que estaba en esa… así que supongo que ese es mi favorito. 

¿Qué le copiaste a tus artistas preferidos?

Siento que uno es una esponja, agarrás todo lo que te sirve. Yo puedo hacer una cronología año tras año de cuál era mi banda preferida de cada año. King Gizzard es la de los últimos dos y hay una cosa que les robé, que en realidad no se los robé sino que me di cuenta de que yo siempre fui así. Ellos suben a tocar con la misma ropa con la que viven, en malla y remera, en ojotas, como sea, no hay outfit en el escenario para ellos. A mí me pasó toda la vida que le daba vueltas a lo que me ponía para tocar, nunca nada me servía, incluso tuve vestuarista un par de veces y me hizo una ropa loca e increíble. Después me di cuenta de que yo estaba más cómodo vistiéndome como me vestía en la calle o en mi casa, y ahora estoy adoptando eso. Tuve que ver que alguien lo hacía para aceptar que yo también podía hacerlo. Yo tenía el chip de que si yo quería ser un artista groso, tenía que ser groso en todos los sentidos y el vestuario no podía ser una cosa así nomás. Cuando vi que King Gizzard no piensa en eso, ahí me dije: “Yo quiero tocar en shorts siempre, con una remera y ya está”. Tocar cómodo es inigualable.

Contanos una fantasía con tus artistas preferidos

Uno siempre se queda pensando cuando te preguntan: “¿Con quién te comerías un asado?” Y bueno, Paul McCartney, Robert Plant… Si me preguntabas hace unos años, yo pensaba que quería conocer a las persona que admiraba, quería que viniera a mi casa y tener una foto. Ahora ya no tengo más ese chip. Es más, pienso: “¿Cómo voy a conocer a Paul McCartney? ¿Qué voy a hacer? Déjenlo en paz”. No tengo nada que hacer ahí con él, ¿qué le puedo decir que sirva de algo o que no le haya dicho otra persona antes que yo? Ya está. Estoy más en esa ahora. Pero Robert Plant es un artista que me ha marcado en la vida, y no sólo por su música sino por cómo él hace las cosas. Cuando terminó Led Zeppelin, él empezó en un viaje para no repetirse a sí mismo. Él está siempre sacando música nueva y experimentando con sonidos, viaja a países y compra instrumentos raros. Lejos de hacer por décadas lo mismo que lo hizo famoso y ganar plata con eso, él busca avanzar y eso resulta en una música muy curiosa que siempre me gustó. Y sin embargo, el mundo le pide Led Zeppelin a él. Entonces yo siempre tuve la fantasía de conocer a Robert Plant y decírselo. Decirle: “A mí esto otro que hiciste me gusta mucho. Yo no te pido Led Zeppelin, yo valoro esto”.

¿Te acordás de algún momento especial con una canción?

Yo no soy una persona que llora, nunca jamás. No recuerdo la última vez que lloré, fue hace años. Y me acuerdo de llorar en recitales y que sea una molestia porque no entendía qué me pasaba. Me pasó en un recital de León Gieco, ni siquiera sé con cuál canción pero era una de esas que son históricas, tipo “La memoria”. Después me pasó de vuelta en un recital de Jake Bugg, que me encanta. Había ido al primer Lolla especialmente por él, pero no sé si era para que llorara o me emocionara un chabón que un año atrás no existía, que tenía un solo disco. Pero cuando tocó «Slide», un tema super lento, empecé a llorar y fue como: “¡Otra vez! ¡¡Qué me pasa!!”. Evidentemente, solo lloro en momentos randoms de recitales. 

Y, por último, contanos algo que un fan haya hecho por vos

La gente que viaja lejos a verme me sorprende. Yo soy una persona que viajó a lugares a ver recitales. El año pasado [es decir, el 2023], fui a las 12 del mediodía a hacer fila para ir a ver a Rosalía en el Movistar Arena. Estuve todo el día ahí sentado, y algunas personas de la fila me conocían, me pedían fotos y me preguntaban: “¿Pero cómo venís tan temprano vos?” No entiendo qué creen que cambia cuando uno es músico que no va a querer ir a hacer la vaya de Rosalía, no entiendo por qué no la haría. Nunca dejo de ser fan, no planeo dejar de ser fan de las cosas. Me acuerdo de los primeros shows después de la pandemia, cuando no había muchos todavía, y anuncié uno en Rosario. Cuando bajé de tocar, había gente que había viajado de Capital o de Corrientes a ver el show. ¡Una familia entera había ido en un auto! Yo no pensé que era una artista por el que la gente viajaba desde otra provincia hasta que pasó. Siempre pienso que esas cosas no me van a tocar o que le tocan a un artista más grande. Está el síndrome del impostor que te dice que todo es por ojete. Y después esas pequeñas confirmaciones de que hiciste algo que de verdad le sirvió a alguien siempre están buenas. Ojalá uno no las necesitara, pero está bueno porque te recuerdan que no es pura suerte, que no es puro azar, te tocó a vos porque algo hiciste que retumbó en el corazón de alguien. Son recordatorios de eso para mí: no sos un farsante, un impostor, hiciste un pedacito de música que le sirvió mucho a alguien. 

¡Gracias, Lichi!

 

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22 de octubre de 2024

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